El equipo antiepidémico dirigido por Yorbelis Rosell León, directora cubana del Instituto Confucio de la Universidad de La Habana, finalizó oficialmente ayer el trabajo voluntario antiepidémico de un mes. Las pruebas de los miembros del equipo fueron negativas. Ayer se pusieron a hacer cuarentena en su casa durante 15 días.

Desde el estallido de la epidemia de COVID-19 en Cuba, toda la sociedad ha expresado su preocupación. Con la situación de bloqueo, el gobierno cubano ha tomado una serie de medidas firmes, de modo que la epidemia se ha desarrollado de manera constante en una dirección controlable. Recientemente, el gobierno cubano organizó voluntarios de toda la sociedad para participar en el trabajo de primera línea contra la epidemia. Como uno de los departamentos de la Universidad de La Habana, del Instituto Confucio se alistaron tres trabajadores en el tercer equipo de servicios voluntarios.

El equipo de servicio voluntario dirigido por Yobelis tiene un total de 9 miembros. El lugar de trabajo se encuentra en un área clave de un centro de aislamiento en el área de residencia Bahía de la Universidad de La Habana. El contenido principal del trabajo son los servicios logísticos. Es responsable de la comida, limpieza y desinfección del centro de aislamiento, cada día ellos trabajan 8-10 horas. Entre ellos, Daianah Liao (Diana), profesora nativa de chino del Instituto Confucio, y Osvaldo Hernández, responsable de departamento de equipo informático del Instituto Confucio, deben comunicarse con los pacientes aislados cada tres días. Aunque Yorbelis no contacta directamente a los pacientes, como líder del equipo voluntario, debe trabajar 14 horas al día.

Yorbelis dijo antes: “Es riesgoso participar en el servicio voluntario, porque existe el riesgo de infección, pero al mismo tiempo, estoy orgullosa de poder darle un poco de fuerza a Cuba”.

La Rectora de la Universidad de La Habana, Miriam Nicado, en su perfil social de Facebook, elogió a la directora del Instituto Confucio y a los maestros voluntarios por sus contribuciones a Cuba, les exaltó como muestras de entrega y altruismo en la batalla por erradicar la COVID.

Claudia Pantaleón, la maestra cubana del Instituto Confucio, dijo: ¡Qué bueno! La labor que realizaron fue bella y humana, un sacrificio personal alejarse de sus hijos para cuidar a los que más los necesitaban, una gran enseñanza para ellos de altruismo y sentido del deber, dice mucho de cada uno de ustedes.

Mai Qiaochu, la maestra china del Instituto Confucio, dijo: ¡Estoy extremadamente orgullosa de tener tan buena directora y colegas en nuestro Instituto Confucio.

Creemos que Cuba definitivamente superará la epidemia y recuperará su vitalidad.

Animados por la dedicación de los voluntarios, los maestros chinos y cubanos del Instituto Confucio también cooperaron de manera activa y ordenada con las políticas y medidas contra la epidemia de la Universidad y los departamentos del gobierno cubano, e implementaron ordenadamente de varios cursos a través del Internet y teléfono. Desde la epidemia, los líderes de la Universidad de La Habana y las colegas del Instituto Confucio siempre han prestado especial atención y preocupación al personal chino; los maestros chinos también han animado y apoyado a colegas cubanas en servicios de primera línea. En el desastre epidémico global, la amistad entre los trabajadores chinos y cubanos en la familia del Instituto Confucio son aún más bellas y profundas.

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