“Cuando nos encontramos uno a uno y establecemos un vínculo con el otro ahí se rompen los estereotipos”

Ayer, miércoles 14 de junio a las 18hs. la directora y realizadora del proyecto Ruido Amarillo Laura Riera presentó, junto a la bailarina de tango y actriz de uno de sus cortos Shelley Hou,  por primera vez en La Plata  su cortometraje “La valija de Jung Li” invitadas por el Instituto Confucio UNLP y la Secretaría de Extensión de la Facultad de Bellas Artes UNLP en dicha Facultad. Presentaron y moderaron la actividad la Prof. Eugenia Raffaelli y la Secretaria General del Instituto Confucio UNLP Arq. Andrea Pappier.

P-“La valija de Jung Li” es primera parte de la trilogía del proyecto Ruido Amarillo que trata sobre la vida de inmigrantes chinos en el país basado en personas y hechos reales. Cada uno de los protagonistas vive en Buenos Aires y quiere empezar una nueva vida, pero debe enfrentar la discriminación, la soledad y la falta de comunicación. ¿En qué nos vamos a sentir identificados los argentinos con Isabel, uno de los personajes principales del cortometraje que presentantes hoy (por ayer) por primera vez en La Plata?

LR-Principalmente el personaje que es coprotagonista de Jung Li es Isabel, una mujer de clase media alta de unos 50 años de edad, con muchísimos prejuicios sobre lo que es un chino y vamos a reírnos un poco por la exageración del cliché que es este personaje y vamos a ver en ella todo lo que generalmente decimos los argentinos de los chinos, todo lo que pensamos de los extranjeros que inconscientemente a veces lo hacemos y que sentimos esa diferencia. Así que hay una empatía inmediata con ella en ese aspecto aunque exacerbado porque realmente refleja el extremo del cliché así que hay como esa oposición entre el personaje que se llama Isabel y Jung Li (protagonizado por Nacho Huang actor de Un Cuento Chino, 2011) y que por una casualidad termina siendo inquilino en su casa  ya que por una circunstancia ella necesita alquilar una habitación y aunque no quiera Jung Li termina  quedándose en su casa y vamos a ver cómo de a poco se rompen esas barreras entre los dos y se puede ver que en realidad los prejuicios tienen que ver con la generalización cuando hablamos de “los chinos”, de “los negros” y no cuando nos encontramos uno a uno y establecemos un vínculo de una persona con la otra porque comenzamos a construir un vínculo de a dos que es cuando realmente uno se empieza a olvidar quién es el otro y ahí es cuando se pueden llegar a romper esos estereotipos.

P-Ruido Amarillo es una trilogía compuesto por otros dos cortometrajes: “Los Zapatos de Fan Fan” y “La Cámara de Pablo Chen” que narra las historias de inmigrantes chinos en Buenos Aires ¿por qué elegistes estas tres historias y no otras?

LR- Elegí las historias buscando uno de los temas principales: ¿quién soy? y ¿quién quiero ser?, que es el tema de la identidad, de tratar de encontrarse a pesar de los mandatos exteriores. Entonces de todos los chicos que conocí cuando daba clases de teatro a migrantes chinos me pareció que estas tres historias rompen a su manera con ese mandato. En el caso de Jung Li la familia quiere que sea de determinada manera y que su conducta sexual no sea así, entonces él decide ir a otro país y ser quién es. Y en el caso de Fan Fan, ella deja una carrera brillante en una empresa, que es un caso real,  para hacer la pasión de su vida que es bailar, entonces la problemática pasa por elegir realmente quién soy. Y, en el tercer cortometraje es al revés, cuento la historia de un chico que es taiwanés y que su familia quiere que se dedique al clásico negocio de juguetes y de venta de artículos típicos chinos pero él quiere ser fotógrafo. Entonces rompe con ése mandato de la familia china de que hay que producir, hay que vender y no hay que dedicarse tanto el arte. En el fondo los tres personajes tienen algo en común que es la búsqueda de la realización personal a través del arte que no es tan común en la sociedad china. La sociedad china privilegia el consumo, el éxito profesional, la compraventa y el arte está un poco relegado tal vez sea por un cambio político y económico que ha tenido China en los últimos años. Entonces estos tres personajes tienen estos núcleos temáticos en común por decirlo de alguna manera.

P-Cuando tomastes contacto con la comunidad china en Buenos Aires con tus talleres de teatro para estudiantes chinos, decidistes hacer un cambio en tu carrera y te largastes a filmar cortometrajes ¿qué te dejaron de experiencia tus alumnos?

LR- Todo. Soy como la cara visible del proyecto Ruido Amarillo y explico que le puse ‘ruido’ porque la primera vez que escuché hablar chino me pareció que no hablaban, que hacían ruido y realmente necesité muchos años para que ‘ése ruido’ se transforme en comunicación, en una comunicación que va más allá de la lengua ¿no?, en una relación, un vínculo muy cercano y hoy en día me siento parte de la comunidad. El haber ingresado a un mundo que sino me hubiera animado y los otros no me hubieran aceptado así no lo hubiera logrado. Así que los 1.500 alumnos que me encontré de alguna manera se resumen en estas tres historias. También la cantidad de profesores, los festivales e instituciones a los que concurrí y a los que conocí como el Instituto Confucio UNLP, ése contacto permanente ha contribuido mucho. Siempre digo que uno es el resumen de toda la gente que ha encontrado en la vida y en este caso Ruido Amarillo es el resumen de los últimos 9 años de toda la gente que conocí en la colectividad china.

P- En tu blog has dicho que los jóvenes chinos al mejorar su comunicación en español lograron romper las barreras del rechazo y la discriminación que se encontraban en la sociedad argentina, y de esa manera revalorizar su identidad ¿qué experiencias nos podes contar sobre este tema de la identidad?

LR-Sigo insistiendo que el teatro, que es un tema al que me he dedicado bastante y ha sido una de las herramientas que más di para que los estudiantes chinos se sintieran mejor, integrados. Tanto en el momento íntimo de la preparación, del ensayo, del estudio, del trabajo grupal como lo es montar una obra de teatro como en el momento del estreno porque justamente fue ahí cuando participamos con obras de teatro en festivales con muchísimas otras colectividades como cuando lo hicimos en Teatro por la Diversidad dónde éramos treinta colectividades y dónde al salir al escenario y desearle suerte al otro no importaba si el otro era árabe, argentino y cuando termina el aplauso de la gente en ése momento nos sentíamos realmente integrados, dónde  no existe el estereotipo de si un chino tiene que trabajar en un supermercado. En esos momentos claves se han roto los estereotipos, lo he sentido y lo han sentido sobretodo ellos.

P- Antes de tu contacto con la comunidad china ¿qué prejuicios formaban parte del imaginario hacia el pueblo chino?

LR-He… no tenía tantos. Tenía los prejuicios que tenemos todos. Pensaba que a ninguno le interesaba el arte y que realmente eran muy prácticos, lo son, son muy pragmáticos. Que no expresaban demasiado sus sentimientos y me he encontrado por supuesto con estudiantes así, con gente así pero la mayoría de los que se han quedado a vivir en Argentina han demostrado que somos todos iguales, ¿no? Que todos los seres humanos padecemos lo mismo, que todos sufrimos aunque lo expresemos de alguna manera distinta. Sí había en la superficie ciertos prejuicios después cuando uno conoce a la gente y se hace amigo y convive con ellos esos prejuicios desaparecen y seguimos siendo distintos, claramente, la diferencia sigue existiendo y de hecho bienvenida sea porque está bueno trabajar sobre eso y no tratar de unificar a la gente.

P- Laura, hoy (por ayer) presentas tu  cortometraje  “La valija de Jung Li” por primera vez en La Plata. El segundo que compone la trilogía del proyecto Ruido Amarillo es “Los Zapatos de Fan Fan” y el tercer corto “La Cámara de Pablo Chen”  ¿cuándo presentas los otros dos?

LR- En septiembre. Esto es como un estreno (risas). Se van a presentar los tres juntos como una trilogía, aunque después  sigan dando vueltas por Argentina y por el mundo por separado pero va a haber un estreno en Buenos Aires organizado por  la revista Dang Dai con el apoyo de la Embajada China que va a ser en un festival del cine chino que se ha realizado en los últimos años en Argentina y ahí va a ser el estreno oficial.

Por la Lic. María Valeria Carruitero, periodista del Instituto Confucio UNLP.
La Plata/Argentina 15 de junio de 2017.-

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